En un mundo de Instagram, modelos, influencers y demás la estética es más importante que nunca. La imagen vale mil palabras, pero, ¿podemos luchar contra la edad? ¿Y a la vez ayudar al medio ambiente? Te lo contamos.

Cremas anti-edad: un viaje en el tiempo

Que las cremas rejuvenecedoras funcionan lo podemos comprobar con Vitaldermax. La mejor crema antiarrugas del mercado se puede conseguir con un clic aquí: https://www.ccsalud.com/belleza/vitaldermax/

Lo primero debemos entender que la piel naturalmente tiende a la degradación. No nos engañemos, el estrés de una vida trabajando, un estilo de vida poco sano, o el simple paso del tiempo. Nos hacemos mayores.

Y en ese momento vienen las arrugas de la felicidad, por reírse demasiado. O algunas con un nombre menos lírico, como las patas de gallo, pero el caso es que ninguna de estas gusta a nadie.

Además en países soleados como España es muy común que surjan relativamente pronto. Y es que la sobreexposición solar es una causa muy común para que el cutis se deforme, dándonos una apariencia decrépita.

¿Y para evitar esto estamos indefensos ante el inexorable paso de los años, los rayos ultravioleta y el estrés de la vida laboral? Pues no, en realidad esta crema antiarrugas es especialmente útil.

Nuestra gran aliada contra el envejecimiento primero hidrata nuestra piel. Prevenir antes que curar es una máxima médica, y este hecho ralentiza el deterioro de nuestra piel, terminando así con el envejecimiento prematuro.

Pero uno podría pensar que si ya tiene un cutis estropeado no le sirve de nada solo prevenir. Y aquí entra el efecto reparación, mediante altas dosis de colágeno que reafirma el tejido, conservándolo elástico, terso, y suave.

Y es que así conseguimos detener la atrofia de la piel, acabando con las arrugas que salen a los muy expresivos. De esta forma logramos frenar en seco la progresiva obsolescencia cutánea de nuestro rostro.

Otro beneficio que lograremos para nuestra cara mediante el uso de estas cremas es la acción exfoliante. Esto significa que elimina las células muertas que se quedan por nuestro rostro, dándole brillo y mejorando su textura.

Pero aunque cuidar de nosotros mismos está muy bien, debemos ver más allá. El planeta está en peligro y debemos salvarlo. Y para ello comprar selectivamente marcas que tengan responsabilidad ecológica.

Belleza y ecologismo: ¿se pueden conjugar?

Al hablar de belleza tenemos que mencionar la ropa, pero, ¿y la ropa orgánica? De esa no se habla tanto, como tampoco de poder dar una vida sostenible a este planeta. Si quiere saber más recomendamos BYDYDY.

Antes de poder destacar la importancia de estos nuevos negocios, unas pinceladas. La industria de la moda es la segunda que más contamina en el mundo. Y sugiere más datos inquietantes el Global Slavery Index.

La industria de la esclavitud moderna tiene a casi 46 millones de personas como mano de obra esclava. Sus condiciones de higiene, salud, educación y demás son lamentables. Y no hay visos de cambiar, pues a sus países les compensa económicamente.

Esos países, como Tailandia o Bangladesh, permiten estas normas laborales tan inhumanas a grandes corporaciones. Además es curioso que rara vez se incide en que suelen ser niñas las explotadas de forma tan miserable.

Pues el negocio de BYDYDY quiere demostrar que se pueden hacer las cosas de otra forma. Para empezar produciendo todo con la economía local, pequeños negocios de probado respeto ecológico; esto es con fábricas de viento, algodón totalmente orgánico, y sobre todo respeto a los trabajadores.

De esta forma tenemos que entender que es necesario apoyar este tipo de negocios. Los recursos en el planeta Tierra no son inagotables. Sin embargo es perfectamente posible un desarrollo sostenible para todos.

Además de esa forma podemos favorecer una sociedad con pequeños negocios en vez de grandes corporaciones, que ahoguen a los trabajadores y establezcan monopolios. Los cuales obviamente también nos perjudican como consumidores.

Así que si queremos por una parte evitar el monocultivo (que en Estados Unidos arrasa el suelo y el medio ambiente), la explotación laboral de los trabajadores del mundo, debemos apoyar este tipo de negocios.

La línea de ropa de algodón orgánico está centrada principalmente en gente joven, aunque cada vez se sacan más productos. Por ejemplo ropa para bebés, que nuestros pequeños sean ecológicos desde su tierna infancia.

Además tienen productos de cuidado corporal como cremas de aceite coco, lavanda, y muchos más. Por no hablar de la siempre original oferta de velas aromáticas con distintos olores, para ambientar nuestra casa como un lugar en armonía con la naturaleza.

Así que debemos aprovechar el tirón del ecologismo en la actualidad, debemos fomentar estos negocios. Y como consumidores tenemos la oportunidad de hacerlo, contribuyendo a un mundo más justo y sostenible.

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